viernes, junio 5


El Plato

Hace dos años nos mudamos a la casa de mi papá después que el fallecio. La casa donde creci. Inundada de recuerdos y aromas particulares. Ese olor que cada casa tiene, que hace que tu casa o la mia, sean unicas. Creo que ese olor es el que convierte una casa en un hogar.
Empezamos por guardar y embalar todo lo que habia pertenecdo a mis padres, para darle lugar a nuestras cosas. Cajas y mas cajas se mezclaban y apilaban , junto a los muebles de la familia que ahora se amontonaban junto con los nuestros.
Quedaron ahi hasta hace poco, tiempo en el que decidimos pintar, para cambiarle ”un poco la cara a la casa”; hubo movimiento de muebles y cajas, todo abarrotado en un cuarto esperando a que todo terminara para volver a su lugar.
Los dias transcurrieron, entre finas capaz de polvo blanco, donde por momentos uno creia estar en Londres !!!
Cuando llego el momento de limpiar y acomodar y traer todo de nuevo a la cocina, decidimos ver “que servia” y que no. Y ahi fue donde nos encontramos con platos de distinto color y diseño, casi 40 platos ...y nosotros somos dos!!!
Habia que elegir. Dejar los platos para todos los dias, y otros para cuando “vienen visitas”. El resto, guardarlos, regalarlos o....hacer cualquier otra cosa, pero ya no podian quedarse en la cocina.
Fui separando por color y diseño, y de repente me encontre con seis platos que no combinaban con ningun otro. Ni siquiera entre ellos.
Y estos? Que los hago?.Estuvieron arriba de la mesada como una semana, mientras pensaba que iba hacia con ellos. Seguramente habian llegado a casa con una porcion de torta o unas empanadas de alguna fiesta familiar. Pero, a que tia le pertenecian, eso era todo un misterio.
Ya me veia yo, recorriendo a mis familiares con los platos preguntando a quien le faltaba uno.! Lo mas seguro, es que se hubieran roto en la aventura.
Decidi, como a la vieja usansa, colocarles un ganchito y colgarlos en la cocina. Si ya se, ya paso de moda . Mi sobrina Camila, de diez años me lo rocordo el dia que fuimos a la ferreteria por los ganchos.¡Tia que antigua!
Pero no importa, igual estan colgados en la pared. Son los platos de la familia despues de todo.
Un buen dia llega mi tia Raquel, hija de mi abuela Vicenta. Al pasar a la cocina sonrie y me dice : “Ese es el plato de mi mamá! Falta uno en casa, mira donde esta.”
“No piense que te lo voy a devolver"- le conteste-.
Y ahora cada vez que lo miro, me trae recuerdos de mi abuela, viajando en el pasado 20 años.
Algo cambio gracias a mi tia, ese plato tiene una leyenda en la parte de atras:
“Este es el plato de mi abuela Vicenta!

Los otros? Todavia hay que esperar mas visitas de las tias!