sábado, diciembre 5

Felicitas


Alguien me hablo de la pelicula "Felicitas", la historia de Felicitas Guerrero vieja historia de Buenos Aires conocida por muchos con un toque de leyenda y aparecidos.

Para los que no la conocen, aca les cuento un poco

Felicitas Guerrero, habia nacido alrededor de 1846 hija del matrimonio de Carlos José Guerrero inmigrante vasco y de Felicitas Cueto y Montes de Oca.
A los 16 años contrae matrimonio con Martín de Álzaga, sobrino nieto del célebre caballero español fusilado en los acontecimientos que siguieron a la Revolución de Mayo. Felicitas imploró a sus padres que no le cedieran su mano a causa de la gran diferencia de edad con su pretendiente (ella tenía 16 y él 51). Pero su padre se negó y consideró propicia la unión, ya que su futuro esposo poseía varias extensiones de tierras y gran riqueza.A su casamiento, que fue un acontecimiento social importante en su época, asistió lo mejor de Buenos Aires, entre ellos alguien que estaba enamorado de ella en secreto, Enrique Ocampo, hijo de una tradicional familia porteña.

De esta alianza nació un niño llamado Félix Francisco Solano de Álzaga (murió en 1869 debido a la fiebre amarilla). cuando tenía sólo 6 años. Felicitas estaba por entonces nuevamente embarazada pero su segundo hijo murió a los pocos días de nacer. Martín, que ya tenía problemas de salud, quedó muy afectado por la muerte de sus hijos, y falleció unos meses después, en 1870 , quedando ella, joven, viuda y rica, a la edad de 26 años, debido a que él la había nombrado heredera única y universal de todos sus bienes (se dicen que eran 71.000 hectáreas, con una fortuna de más de setenta millones de pesos, inmensa en aquella época). Su belleza y riqueza se constituían en razones más que suficientes para ser una mujer solicitada por diversos pretendientes de la ciudad de Buenos Aires que compartían junto a ella veladas en los salones literarios.

Entre sus numerosos pretendientes se encontraba Enrique Ocampo, que encontraba ahora una nueva oportunidad para unirse a su amada. Ella, amable y gentil, con la excusa de guardar luto, trataba bien a todos, sin dar esperanzas a ninguno.

Felicitas no era, a pesar de lo que pueda parecer, sólo una joven consentida. A los 24 años había pasado por momentos amargos. Un matrimonio a disgusto, la pérdida de dos hijos y enterarse de que su marido había tenido una pareja en Brasil que le había dado cuatro hijos. Pero era una mujer de gran carácter y a la muerte de su esposo tomó parte activa en la administración de sus propiedades, recorriendo las diferentes estancias, haciendo mejoras e introduciendo innovaciones.


En uno de sus viajes a su estancia “La postrera”, en una tormenta, perdieron el rumbo. Felicitas lo advirtió e hizo detener el carruaje cerca de unos árboles. Entonces se acercó un jinete, quien, cuando ella le preguntó donde estaban, contestó “en mi estancia, que es la suya”. Los viajeros se refugiaron en la estancia de Samuel Sáenz Valiente, vecina de las de ella en lo que ahora es General Madariaga. Así conoció al hombre del que se enamoró, un hombre de campo, si bien educado y refinado, muy distinto a sus pretendientes porteños. Poco tiempo después, Felicitas aceptó la propuesta de casamiento de Samuel.

El 29 de Enero de 1872 Felicitas fue de compras al centro de Buenos Aires para conseguir algunas cosas que usaría para el festejo de la inauguración del primer puente sobre el río Salado, ceremonia a la que concurriría el que en ese momento, durante la presidencia de Sarmiento, era el gobernador de la provincia, Emilio Castro. En su ausencia llegó a su palacio en la actual calle Montes de Oca, en Barracas, Enrique Ocampo, preguntando por ella. Mientras le explicaban que no estaba y que podía volver más tarde, llegaron dos carruajes. En uno iba Samuel Saénz Valiente, y en el otro, Felicitas. Ocampo pidió verla a solas. Felicitas, sospechando que venía a quejarse por su compromiso con Samuel, no hubiera aceptado, pero tenía temor de la escena que se podía producir si Ocampo se encontraba con Sáenz Valiente y consintió. Efectivamente, Ocampo le reprochó su futuro casamiento con Samuel y ella lo rechazó fríamente. La gente reunida en la casa escuchó una fuerte discusión, seguida de balazos.

De lo que sucedió a continuación, hay dos versiones. La oficial, la que consta en los expedientes, dice que el primero que llegó a la habitación, Cristián Demaría, primo y también pretendiente de ella, encontró los dos cuerpos en el suelo. Ocampo había disparado contra la mujer y luego contra sí mismo. Al abrazar a Felicitas, Cristián se dio cuenta de que aún vivía.

La otra versión dice que Cristián y su padre Bernabé Demaría encontraron a Felicitas tratando de huir tambaleándose y a Ocampo con el revólver y un estoque en la mano. Ocampo apuntó su arma a Bernabé y disparó, errándole, y su hijo se abalanzó sobre él. En el forcejeo, Ocampo perdió el arma y Cristián le disparó a quemarropa en el pecho, y luego le metió el revólver en la boca y le disparó en el paladar, rematándolo. (Aparentemente habría habido un primer informe médico, que mencionaba que el cadáver de Ocampo tenía esas dos heridas que, en forma conveniente para ambas familias, se extravió).

Felicitas, malherida, estaba aún viva. Los médicos fueron llamados inmediatamente, pero nada pudieron hacer. La bala había entrado por el omóplato derecho y había interesado un pulmón y la columna vertebral. Falleció al día siguiente, entre grandes dolores.

Sus padres, en su memoria, hicieron construir la Iglesia de Santa Felicitas que aún se puede visitar en Barracas.

Aquí termina la historia y comienza la leyenda. Se dice que si Ud. deja un pañuelo en la reja de Santa Felicitas al atardecer, a la mañana aparecerá húmedo de lagrimas y que los días 30 de Enero se puede entrever una llorosa figura de mujer vestida de blanco vagando por la iglesia.

Felicitas Guerrero, la mujer de los superlativos, se ha convertido finalmente, si no en el fantasma más famoso de la República, seguramente en uno de los más famosos de Buenos Aires.

lunes, noviembre 30

El Winnipeg


El Barco Winnipeg
Winnipeg es el nombre del barco que arribó a las costas de Valparaíso, Chile, el día 3 de septiembre de 1939, con 2.200 inmigrantes españoles provenientes desde Francia por iniciativa del poeta chileno Pablo Neruda. Los inmigrantes eran refugiados republicanos de la Guerra Civil Española que habían huido de España por la llegada de Francisco Franco al poder.

Luego de estallar la Guerra Civil española, Pablo Neruda se entera de los refugiados republicanos españoles que se encuentran en campos de concentración franceses hacinados y en condiciones miserables.

El poeta, que en ese entonces se encontraba en Chile, sensibilizado por la situación de los españoles, decide embarcarse en una empresa que comprendía trasladar a cerca de 2.500 refugiados desde Francia hacia Chile.

Antes de trabajar en Francia, Pablo Neruda se había desempeñado como cónsul de Chile en España. Motivado por la amistad entre ambos países, su amor por España, y gracias al auspicio del Presidente chileno Pedro Aguirre Cerda (al que le agradaba la idea de traer trabajadores y hombres de esfuerzo al país, capacitados en las más diversas áreas), el poeta decide organizar este viaje. El Presidente lo nombra cónsul especial de emigración española en el país galo.

A pesar que el buque era un viejo carguero francés que normalmente no llevaba más de 20 personas, fue adaptado para acomodar a los de 2.200 refugiados españoles.

Neruda participa activamente en la organización de la travesía del Winnipeg, como reunir a las familias separadas por la guerra. Además de la colaboración de sus amigos escritores artistas, lo ayuda su esposa Delia del Carril.

La noche que el Winnipeg elevó anclas, en el puerto francés de Trompeloup - Pauillac, Pablo Neruda escribió lo siquiente, recordado en sus Memorias:


"Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece.
Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie.".

Pablo Neruda, Trompeloup, 4 de Agosto de 1939.


El día 2 de septiembre de 1939 el Winnipeg atraca en el puerto de Valparaíso, Chile. Al día siguiente desembarcan los españoles y son recibidos por las autoridades chilenas. Aunque previamente algunos se habían bajado en el puerto de Arica, Chile unos días antes, decidiendo comenzar una nueva vida en el norte del país. Como forma de agradecer la generosidad de Chile y en especial la del Presidente Pedro Aguirre Cerda, los inmigrantes cuelgan del barco una gran telón con el rostro del presidente pintado sobre él.

La mayoría de los españoles que desembarcaron del Winnipeg permanecieron en Chile. Años más tarde sus descendientes también llegarían desde Europa a Chile para reunirse con sus familiares y construir sus vidas en América.

El Winnipeg tiene un significado especial para los inmigrantes españoles y sus descendientes. Será recordado como el barco que rescató a miles de españoles de la guerra, dándoles una nueva posibilidad de vida en tierras chilenas, por gestión y obra del poeta Pablo Neruda.

Entre las personas que llegaron a Chile embarcados en el Winnipeg se encuentran el famoso historiador Leopoldo Castedo, el Tipógrafo Mauricio Amster, el afamado dramaturgo Luis Fernandez Turbica y los pintores Roser Bru y José Balmes. Éste último recuerda así el gesto del poeta:

“Nunca jamás, ni siquiera al final de mi vida voy a hacer lo suficiente por agradecer el hecho de estar en este país y de ser ciudadano chileno, gracias justamente a Pablo Neruda. Como alguien dijo alguna vez ‘las deudas de amor no se terminan de pagar nunca’ y esta es una gran deuda que yo tengo con él todavia"

fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Barco_Winnipeg