martes, noviembre 30

Tradicion familiar muy peculiar

Denver, 25 may (EFE).- Una pareja de artistas de Colorado, él carpintero y ella talladora y pintora de imágenes religiosas, mantiene la centenaria tradición hispana de construir los féretros para sus familiares usando sólo materiales que encuentran en la naturaleza.
"Es la manera antigua de hacerlo. Todos nuestros antepasados preparaban los ataúdes para sus seres queridos", dijo a Efe Catherine Robles Shaw, de Nederland, una pequeña localidad al pie de las Montañas Rocosas, al noroeste de Denver.
Robles es una santera, es decir, una artista que crea retablos, pantallas para altares, santos y bultos en el marco del llamado arte colonial español. Su esposo, Mike Shaw, es agente inmobiliario.
Aficionados ambos a la genealogía, Catherine conoce sus antepasados hasta el siglo XV en España (Pedro Serrano de Sandoval, 1480), mientras que los de Mike se remontan a la misma época, pero en Inglaterra (Mary Drake 1486).

"Para nosotros las tradiciones familiares son muy importantes. Es algo que pasamos de generación en generación en las familias hispanas de Nuevo México y del sur de Colorado. Nos contamos historias e involucramos a toda la familia en la creación del arte", explicó Robles.
"Ahora resulta inusual preparar los ataúdes para los familiares, pero antes era algo normal", agregó.
Rubel U. Jaramillo, primo de Robles, falleció en enero de 2008, a los 77 años. En diciembre de 2007, ya muy desmejorado de salud, Jaramillo le pidió a Mike Shaw que le hiciese un ataúd de madera de pino y que gestionase su entierro en el cementerio de la Iglesia de San Ysidro, en Las Mesitas, una pequeña localidad del sur de Colorado.
"En tiempos pasados, el padre y el abuelo de Jaramillo eran los encargados de fabricar los ataúdes para todas las personas de esa población. Hicimos lo que él nos pidió porque es asombroso ver cuánto ayudan las antiguas tradiciones en momentos de dolor", comentó Shaw.
"Siete miembros de nuestra familia nos ayudaron con ese trabajo. Sabíamos lo que Jaramillo quería porque Catherine y Rubel habían trabajado juntos y muy de cerca en la creación de obras de arte religioso. El fue muy importante en nuestras vidas", agregó.
Tanto se destacó Jaramillo en sus creaciones artísticas, que en 1991 obtuvo el premio al mejor artista de arte tradicional de Colorado. Y una de sus creaciones ("El carro de la muerte") se exhibe ahora en el Museo de Arte Americano Smithsonian.
Mientras su salud se lo permitió, vivió en una casa de adobe, pescando y vendiendo su arte para subsistir.
Siguiendo con la tradición, Robles y Shaw recorrieron varias zonas de Colorado para encontrar pinos caídos y usar esa madera para el féretro. También usaron pieles de alce y de búfalo. Y tanto el barniz como las pinturas se produjeron con elementos naturales del área en la que vivió Jaramillo.
Los clavos que se emplearon para cerrar el ataúd fueron clavos cuadrados rescatados de antiguas construcciones.
"Los materiales que usamos para el arte religioso y para los ataúdes son los mismos. Y no son fáciles de conseguir. Todo es natural y lleva tiempo prepararlos. El arte no se puede aprender sin trabajo. Todo esto les enseña paciencia y dedicación a nuestros jóvenes", declaró.
El 28 de diciembre de 2009 los Shaw recibieron la noticia que un miembro de la familia, Carlos Guadalupe Jaramillo, de 22 años, había fallecido en un accidente automovilístico.
Carlos Jaramillo era un carpintero y aspirante a tallador de imágenes religiosas. Robles y Shaw fueron nuevamente los encargados de preparar el féretro.
"Nuestros antepasados usaban los recursos que les daba la tierra y que tenían a su alrededor para celebrar la vida. Nosotros aún usamos los mismos materiales con el mismo propósito", finalizó Shaw.






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