jueves, mayo 24

Humboldt celebró un hermanamiento con el pueblo suizo de Sankt Niklaus
Se trata de la localidad ubicada en el Cantón de Valais. De esa región, llegaron hace casi 150 años las familias inmigrantes que poblaron Las Colonias. Hoy, sus descendientes rinden homenaje a los pioneros pero también proyectan el futuro con un rico intercambio.
Exequiel Kay
ekay@ellitoral.com
En un emotivo acto en la Plaza Independencia de Humboldt, se celebró un nuevo hermanamiento de este pueblo de Las Colonias con una localidad suiza. En este caso, se firmó un convenio de hermandad con Sankt Niklaus, pueblo del Cantón de Valais, a partir del cual ya se pusieron en marcha actividades conjuntas no sólo con el objetivo de mantener vivas las tradiciones sino también de fomentar intercambios culturales, sociales y económicos.
La ceremonia estuvo encabezada por el presidente comunal de Humboldt, Adrián Bender, anfitrión nada menos que del cónsul de Suiza, Hans Bachmann. También participaron funcionarios nacionales como el Dr. José María González, a cargo de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, y Rubén Brechbuhl, director de Implementación Estratégica del Ministerio de Agricultura; además del diputado provincial, Germán Kahlow, uno de los promotores de este acuerdo junto con el párroco de la localidad Bernardo Blanchoud.
Asimismo, acompañaron Roque Oggier, delegado por Argentina ante la Organización Suiza de Extranjeros y miembro de la Federación Suiza en nuestro país; los presidentes comunales de Pilar y San Jerónimo Norte, Mario Schimpf y Raúl Jullier, respectivamente, y delegaciones de la Asociación Valesanos de Esperanza, Sociedad Suiza de San Jerónimo Norte, Asociación Suiza de Santo Tomé, la Asociación Suiza Wallis de Humboldt, la Unión Alemana de Humboldt, además de representantes de las instituciones intermedias locales.
Luego de la interpretación del Himno Nacional Suizo a cargo de Evangelina y Marilyn Rey, se dio lectura al Convenio de Hermandad y se procedió al descubrimiento de una placa alusiva al acontecimiento. Posteriormente, el presidente comunal de Humboldt, Adrián Bender, formalizó el acuerdo con su firma, completando así la rúbrica que ya había realizado en Suiza su par de St. Niklaus, Gabrielle Fux. Pronunciados los discursos respectivos, Bender entregó la bandera de Humboldt al Dr. González y al cónsul suizo.
Lazos de amistad
Al momento de significar este convenio de hermandad, el diputado Kahlow se remontó a 1991 como fecha de inicio de este proceso de integración, en el marco del cumplimiento de los 700 años de la Comunidad Helvética en Suiza, conmemoración que motorizó a personas de todo el mundo a visitar la tierra de sus antepasados. En agosto de aquel año, vecinos de Humboldt pisaron suelo valesano.
Las relaciones humanas generadas allí, promovieron la revalorización de la cultura suiza y diez años después, la comuna de Humboldt, a cargo en ese entonces de Germán Kahlow, celebró un hermanamiento con una localidad del Cantón de Aargau. En 2006, el propio Kahlow viajó a St. Niklaus, sentando un nuevo antecedente en este camino de integración. “Los hermanamientos son un desarrollo del concepto de la cooperación internacional a nivel de los Estados locales. Espero que pronto se concreten nuevos hermanamientos”, expresó.
A su turno, el cónsul de Suiza recordó a los abuelos gringos que “llegaron desde Suiza plenos de sueños y deseos de forjar un mañana exitoso en esta tierra virgen que le abrió sus brazos”.
Consignó que hay 16.000 suizos que viven hoy en Argentina, y que 11 viven en Humboldt, casi todos procedentes del Cantón de Vallis. “Aprovecho esta oportunidad para estrechar aún más los lazos que existen entre Argentina y Suiza”, concluyó.
Capacidad de gestión
Por su parte, el Dr. José María González, expresó su sorpresa por la capacidad de gestión de la comunidad de Humboldt para lograr este hermanamiento. “No es común que la iniciativa salga de los pueblos. A la mayoría de los acuerdos que pasan por nuestro Ministerio, debemos ir nosotros a plantearlos”.
Finalmente, el presidente comunal, Adrián Bender, señaló que para este pueblo es un “motivo de orgullo” formalizar este proyecto que se gesta desde hace tiempo. “Reconocernos como hermanos con un pueblo que está distante geográficamente pero que ha sido el origen de muchos de los hombres y mujeres que poblaron nuestras tierras”, dijo al explicar el significado del mismo y mencionar a Fux y Burguener, entre los principales apellidos de la descendencia.
“Queremos que este hermanamiento sea un portal para fortalecer un espacio cultural, social y educativo. La firma del mismo, no es un punto de llegada, sino de partida para afianzar lazos que durante tantos años nos han unido a través de los descendientes de los inmigrantes”, concluyó.
Convenio
El acuerdo establece la integración sociocultural e histórica de ambas localidades, las cuales se comprometen a trabajar en la profundización de la cultura y amistad entre sus habitantes, fomentar el intercambio cultural y el aprendizaje de sus idiomas y adoptar esta iniciativa como una política dentro del plan comunal de ambas gestiones, orientándose a fomentar la interrelación.
Comidas típicas
Al término del acto formal, los invitados se trasladaron a las instalaciones del colegio secundario de la localidad, donde se pudieron degustar platos típicos ofrecidos por la Sociedad Suiza Wallis y la Unión Alemana de Humboldt. En el plano artístico, actuaron Rafael Sangalli y Jaquelina Picca, interpretando un tema folclórico y luego bailando un tango, el grupo de baile Capullitos Alpinos de Humboldt, el grupo de baile Swizzer Blumenn de San Jerónimo Norte, para cerrar a todo ritmo con la Zillertal Orchester, la mítica orquesta del vecino pueblo que este año cumple 50 años de trayectoria.

Fuente:El Litoral

"Pinceladas de la Pampa Gringa" otro libro de la escritora Liliana Fassi

Motivada por las anécdotas y vivencias narradas por un familiar, Fassi pudo transformar esas historias en relatos que nos recrean épocas de grandes esfuerzos, de lucha diaria por conseguir los sueños y ser felices.
Liliana Fassi se preocupa por la historia, por la identidad de un pueblo que se conformó a través de la mixtura cultural y por dejar para la posteridad instantáneas de épocas que las generaciones actuales no deben olvidar.
Dejamos a continuación la palabra de quien prologara el libro, para luego culminar con la voz de la autora detallando su trabajo y obsequiando su prosa.

 PINCELADAS QUE TIÑEN EL ALMA
por Miriam Luján Divito

Vívido fresco de una Argentina latente y vital, estos cuentos de Liliana Fassi son como espigas que a veces se mecen con la brisa suave o que son azotadas por violentas tempestades. Historias de sacrificio, resignación, abnegación obstinada para vencer obstáculos, sueños y proyectos, fracasos y éxitos medidos con un solo parámetro: trabajo y más trabajo. Esa laboriosidad de los inmigrantes que hicieron una Argentina potente con su humilde y continuo esfuerzo aparece en estas páginas con una fuerte carga nostalgiosa.
Italianos, catalanes, turcos, húngaros, criollos, indígenas, entre otros, conviven en estas historias que se entrelazan como en un riquísimo caleidoscopio que emociona profundamente por su vuelo poético en relatos sólo en apariencia simples, ya que plasman la complejidad de la condición humana, sus deseos, contradicciones, sueños y realidades. Intertextualidad que ilumina aspectos de historias individuales a lo largo del tiempo y las multiplica ficcionalmente en la visión de los otros, como la memoria que la autora quiere rescatar de antepasados reales, para darles voz, cuerpo, presencia; para que la indiferencia de nosotros, descendientes de esas generaciones, no sea "un rechazo de esa postrera ofrenda" que ellos nos entregaron. Voces propias, voces de los otros y un entramado sutil que reconstruye una identidad y una cultura tan variada y mixta como la Argentina.
En esta serie de cuentos laten olores y sabores de la tierra, los alimentos, los animales y los hombres. La vida rural y sus faenas, el ritmo de las pequeñas colonias, los oficios simples cobran relieve en el mundo sacrificado de la pampa gringa. Las expresiones propias de cada cultura, las voces de cada pueblo encuentran puntos de contacto en la difícil construcción de una identidad común. Plásticas imágenes se plasman en la retina con enorme fuerza evocadora. Paisajes descriptos con mínimos detalles generan un friso de época que son el marco vívido de estos relatos que cobran ritmo ora cansino, ora dramático, como la vida misma.
Los invito a vivir otros tiempos, no obstante, a medida que el itinerario de lectura se agudiza, la universalidad que late en estas historias de honda calidez humana guía a que nos replanteemos nuestro tiempo y crea un espacio de reconocimiento de la atemporalidad de los sentimientos más profundos de nuestra existencia.
Como el boyerito de estos relatos, tendamos la mano al croto que pasa sobre el tren como símbolo de la eterna libertad y gocemos con la experiencia de la lectura de estos emotivos relatos escritos desde el alma para que nos asomemos al mundo de los otros, que es, ni más ni menos, nuestro mundo también, el de nuestra memoria colectiva.
A vivir, pues, la experiencia de celebrarnos en estas "pinceladas", que, más que colorear, tiñen el alma…


EL FIN DE LOS TIEMPOS
de "Pinceladas de la Pampa Gringa"
por Liliana Fassi

A la memoria de mi padre

Lando bajó del auto con ayuda de su nieto y, apoyado en su bastón, dio unos pasos vacilantes. Ante él, unos metros más allá, se erguía el viejo molino, oxidado y abatido por el tiempo.
Como un flash, un recuerdo vino a su mente, tan vívido como si no hubieran pasado los años: aquel día de carnaval en que jugaba con sus hijas pequeñas y ellas se escondieron detrás del muro de ladrillos que cercaba el pozo de ese mismo molino. Sus risas las delataban, pero él quiso prolongar la diversión y, por eso, demoró el momento de descubrirlas y mojarlas.
La pared ya no existía, pero del molino todavía salía un segmento de caño. Caminó trabajosamente en esa dirección, entre las plantas que le llegaban a las rodillas, hasta que encontró unos pocos restos del enorme tanque.
Cuando tenía 14 ó 15 años, al finalizar las tardes de verano y, con ellas, su trabajo diario, se sumergía en ese tanque y nadaba hasta la noche. Le gustaba flotar con los ojos cerrados e imaginarse pez o pájaro, libre y suspendido en un espacio sin norte ni tiempo. En esas horas, se olvidaba del mundo y de sí mismo.
Apoyado en el auto, su nieto guardaba silencio. Lo había traído porque Lando había insistido. Ahora el anciano percibía su mirada y su contrariedad. Sabía que se preocupaba por él, que creía que no le haría bien volver a ese lugar donde había nacido y había vivido hasta que tuvo más de 30 años. Hacía mucho de eso y de todo aquello ya no quedaba nada. Pero él necesitaba despedirse y, por eso, le había rogado que se quedara atrás, porque le apremiaba hacer ese duelo a solas. El joven había accedido a disgusto y lo esperaba junto al coche.
Miró a su alrededor y recordó los tiempos en que, primero su padre y luego él, araban y sembraban esos campos. Hoy ya no ondulaban espigas doradas ni temblaban al viento las flores de lino. Todo era dominado por el verde codicioso de un cultivo que había avanzado en los últimos años y arrasaba con lo que encontraba a su paso, como un ejército invasor que no perdonaba.
Ya le habían contado que las casas en los campos habían sido demolidas para ceder su lugar a los sembradíos, como si esos pocos metros pudieran significar una diferencia en el resultado de las cosechas.
Miró a su alrededor sin ver nada del viejo paisaje. Recordaba nítidamente cada una de las casas que rodeaban la suya y que siempre pudo ver desde donde estaba parado. Por los cuatro puntos cardinales había tenido vecinos a los que visitaba y que lo visitaban durante las noches, después de la cena, no importaba el día que fuera.
Lando se volvió hacia el lugar donde había estado la casa que construyó su padre antes que él naciera. Con su bastón, exploraba el terreno antes de dar cada paso, en parte porque no quería tropezar y caerse, pero también con la remota esperanza de encontrar algún resto que le devolviera su pasado.
Llegó hasta el lugar donde le pareció que pudo estar el dormitorio que había sido suyo y después de sus hijas.
Un poco más allá, a la izquierda, recordó la galería por la que se accedía al zaguán. En un acto inconsciente, miró hacia arriba como esperando ver, colgados del techo, los embutidos elaborados en las carneadas, pero sólo encontró el cielo gris de la tarde.
Cuando se dirigía hacia el sitio donde estuvieron la herrería y los galpones, chocó con un objeto de metal. Con la punta del bastón apartó las plantas a su alrededor y pudo ver parte del disco de un arado, semienterrado.
Sintió que esa imagen representaba de una manera más certera que cualquier otra lo que había sucedido: aquella vida, la misma pampa gringa habían sido enterradas para dar lugar a un tiempo diferente.
Se preguntó si ese disco habría pertenecido al arado que él había usado, tirado por el "Negro", el "Lucero", la "Tagua" y aquellos otros cuyos nombres se le escapaban en ese momento. En su tiempo ese arado, en el que iba sentado, era un verdadero avance. Su padre solía contarle cómo él y su abuelo caminaban detrás de los bueyes mientras empujaban un arado de mancera. De todo eso ya no quedaba nada. Las generaciones jóvenes ni siquiera sabían de ello.
Se preguntó si algo permanecía allí, una presencia invisible, la esencia de aquellos que habían engrandecido ese mundo con su sacrificio, que habían regado esos campos con su sudor y sus lágrimas, que habían abonado esa tierra con sus huesos. A veces, sentía que la indiferencia de sus descendientes era un rechazo de esa postrera ofrenda.
Se sobresaltó cuando sintió una mano sobre su hombro.
-Abuelo -dijo su nieto, a su lado-. Se pone fresco y está por hacerse de noche. Deberíamos irnos.
Lando notó que un torbellino lo traía de regreso al mundo actual, frío y mecanizado. Miró el cielo y descubrió el brillo hipnótico del Lucero, que apareció fugazmente entre las nubes.
Aceptó el brazo que el joven le ofrecía y, apoyado en él, se dirigió hacia el auto. Lo agobiaba una emoción que no podía compartir con nadie, porque nadie podría entender. Se sentía como el guardián de un tesoro que alguien había robado frente a sus ojos.
Aquel tiempo había llegado a su fin hacía mucho y, cuando él se fuera, se lo llevaría definitivamente consigo.

LA ESCRITORA

Liliana Fassi nació en La Palestina (Córdoba) en el año 1962. Reside en la ciudad de Villa María desde 1968. Es licenciada en Psicopedagogía, graduada en la Universidad Nacional de Río Cuarto. Conjuga el interés por la creación literaria y la narrativa con la investigación genealógica, a la cual se ha dedicado en los últimos años. Este interés la ha llevado a investigar sus orígenes y a recrear literariamente la historia de la inmigración de sus ancestros. Durante los años 1998 y 1999 escribió artículos en "El Corredor Mediterráneo". Suplemento Cultural de Puntal. Río Cuarto/Villa María/San Francisco. En 2010 publicó "En busca de un tiempo olvidado. Un viaje a mis raíces para recobrar historias de inmigrantes". En 2011 su cuento "La ofrenda" integró la antología "Memoria y rescate. Primer Certamen de Narrativa", editada por la Asociación Italiana de Santo Tomé (Santa Fe). Ha publicado y presentado recientemente el libro de relatos "Pinceladas de la Pampa Gringa".

RE-CREANDO LA CULTURA GRINGA
por Liliana Fassi

La "Pampa Gringa" tiene su origen en la llegada masiva de inmigrantes entre las últimas décadas del Siglo XIX y las primeras del Siglo XX.
En un lapso de alrededor de cincuenta años, arribaron a la Argentina más de cuatro millones de personas de todas las nacionalidades; mayoritariamente, italianos y españoles. De ellos, varios cientos de miles se dispersaron a lo largo y ancho de las llanuras de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. Eran campesinos que buscaban una alternativa para lograr una vida digna. Venían motivados por diversas razones, entre ellas, la promesa de la propiedad de la tierra.
A partir de distintos proyectos del Gobierno nacional para poblar el territorio, la pampa se regó de colonias agrícolas. Rápidamente, surgieron enormes extensiones dedicadas al cultivo del trigo; a la par, el ferrocarril se extendió a un ritmo febril y penetró en las regiones más alejadas. Con este proceso de colonización e inmigración, el paisaje rural se transformó por completo: a medida que se producía el cambio espacial y productivo más espectacular que haya tenido la Argentina, la pampa se fue haciendo gringa.
Superando barreras, aquellos inmigrantes se integraron a la sociedad receptora. Poco a poco, fueron adoptando las pautas culturales del nuevo país. En un proceso recíproco, su presencia masiva impactó fuertemente en la vida social, cultural y política de la Argentina. Los "gringos" llegados a estas tierras modificaron las costumbres, los valores, el lenguaje; dejaron una impronta duradera.
El país debe mucho a esos hombres y mujeres que, trabajando duro para su progreso y el de su familia, hicieron crecer la tierra de sus hijos y sus nietos. Aún hoy sus descendientes constituyen una significativa proporción de la población argentina; muchos de éstos conservan todavía el recuerdo de su tradición cultural.
Las vivencias y recuerdos de un nieto de inmigrantes como aquellos (Víctor Fassi), relatados con paciencia y generosidad, gestaron los cuentos que conforman este libro. Ellos tienen la intención de re-crear esa cultura gringa, de rescatar sus costumbres, creencias, tradiciones, neologismos surgidos de la mixtura entre el piemontés heredado y el español de la tierra de nacimiento.
"Pinceladas de la Pampa Gringa" pinta breves escenas de esos viejos tiempos en los que podemos encontrar las raíces de nuestra identidad.
 Texto: Darío Falconi
Fotografías: Héctor Fassi
www.lilianafassi.com.ar
eldiariocultura@gmail.com

Un espectaculo con historia, danza y homenaje...otra cara de la Historia

Maximiliano Guerra presentó en la ciudad "Iván el Terrible", su nuevo espectáculo


Impactante. Emotivo. En vuelo año a año hacia la consolidación de esa búsqueda de la excelencia que cada bailarín integrante del Ballet Mercosur muestra en cada arabesco, en cada expresión, en cada elevación, en cada una de las piruetas realizadas con una técnica que habla del profesionalismo, el trabajo sin descanso y el compromiso en el escenario, no sólo de Maximiliano Guerra sino de todos y cada uno de los bailarines.
El Teatro Municipal, con cada una de sus butacas ocupadas, le dio a este espectáculo el marco de público y aplausos que sin lugar a dudas se merecen. La luz exacta, el vestuario sencillo, pero elegante, sin estridencias, el sonido que llenaba uno a uno todos los rincones de la sala, hizo que en más de una oportunidad, muchos espectadores se enjugaran una lágrima, resultado de la emoción que provocaba lo que se desarrollaba en el escenario.
Este año, el tercero que nos visitan en forma consecutiva, el espectáculo estuvo dividido en dos partes, diferentes una de otra en todos los sentidos. La primera se denominó "Hotel de Inmigrantes" y es un homenaje a nuestros abuelos inmigrantes. Durante el desarrollo de la misma, aparecieron en escena los típicos personajes que marcaron las historias de todos los que, de una u otra manera bajamos de los barcos; sucediéndose el italiano, la galleguita, la fábrica, el puerto, el hotel, todos personajes que caracterizan una época de nuestro país. La fusión lógica de todo esto es, sin lugar a dudas, el tango, la milonga, ese 2x4 sobre el que confluyeron todos para elaborar la identidad de un país que abrió las puertas a todos.
Un homenaje que nos reconcilia con la cultura, nos pone frente a compadritos, cuchilleros, que forman parte de bagaje de tradiciones.
La segunda parte de este espectáculo está basada en la historia de Iván El Terrible, el zar ruso recordado por su violencia. Sin embargo Guerra logra mostrar una época, a través de la música y de la danza clásica, con apenas algunos ribetes más contemporáneos, los que se fusionan con pases de actuaci'97n que logran conmover al espectador con el relato, perfectamente claro para cualquier espectador.
"Tuve a mi pueblo conmigo, abracé el amor y a mis hijos. Tuve amigos fraternos y enemigos muy fuertes", rescata de palabras del propio zar, Guerra en el programa, para así darle la visión humana, de conflicto y dolor que también atraviesa el alma y el cuerpo de Iván El Terrible.
Más de veinte minutos de pie toda la sala, aplaudiendo sin cesar, el mejor homenaje a un artista con mayúsculas que sigue buscando, que sigue aprendiendo y que, cada año nos deleita con un espectáculo que supera al anterior y nos llena el alma de caricias. Maximiliano Guerra junto al Ballet del Mercosur, superaron las expectativas del espectador más exigente, simplemente porque ponen el alma en los pies y el corazón vuela hacia la excelencia de la danza.
Fuente: http://www.lavozdelpueblo.com.ar/

miércoles, mayo 23

Lules, Tucuman

La historia de Lules está reflejada en 100 fotos familiares antiguas

Casamientos, casonas viejas y aspectos de la vida cotidiana de pueblo.
SE VA EL TREN. Empleados ferroviarios y pasajeros posan con la locomotora.   GENTILEZA DIRECCION DE CULTURA DE LULES
SE VA EL TREN. Empleados ferroviarios y pasajeros posan con la locomotora. 
GENTILEZA DIRECCION DE CULTURA DE LULES | 
 
En el marco de las Fiestas Patronales en honor al santo de la ciudad, San Isidro Labrador, los luleños celebran también su historia por medio de las fotografías donadas por muchas familias.

La muestra -denominada "Lules a través de los años"- refleja el progreso de la ciudad. Entre los aspectos que resaltan las fotografías se destaca el perfil campero de gran parte de la población y la inmensa influencia que produjo la inmigración italiana en la idiosincracia luleña.

Las imágenes muestran a los antiguos ciudadanos en poses cotidianas: en las fotos familiares resaltan las viejas casonas, un casamiento en el que posan los novios con sus parientes ataviados con la indumentaria típica de 1900. También está registrada la partida del tren, con los empleados del ferrocarril y algunos pasajeros en la imagen. María Cecilia Mastroberardino, directora de Turismo de la Municipalidad de Lules, contó que la exposición arrancó el jueves pasado y que terminará el domingo. Está montada sobre la peatonal, ubicada a un lado de la plaza 9 de Julio.

"Son aproximadamente 100 las fotografías que exponemos. Pero tenemos muchas más imágenes archivadas gracias a la generosidad de las familias de Lules", destacó Mastroberardino.

Fuente: La Gaceta
 Jueves, 17 de Mayo de 2012

¿Quien te crees que eres?...


E

Emma Watson y el poder genético de la brujería

La actriz que interpreta a la bruja Hermione Granger en la saga de Harry Potter tiene una antepasada condenada por brujería en el siglo XVI

Emma Watson ha sido catapultada al universo de las estrellas de cine gracias a su papel de la bruja Hermione Granger en las películas deHarry Potter. Pues bien, ficción y realidad son dos caras de la misma moneda en la vida de la actriz, ya que se acaba de descubrir que una antepasada suya fue condenada por brujería en el siglo XVI.
Anastasia Tyler, genealogista deAncestry.co.uk,ha sido la investigadora que ha descubierto este «pasado oscuro» de Emma Watson. En un momento del trabajo, Tyler cuenta: «Nos enteramos de que su tatarabuela por parte de padre se llamaba Frances Playle, un apellido muy poco común». Tirando del hilo llegaron hasta Joan Playle, catorce generaciones antes.
Los registros muestran Playle fue juzgada y condenada por brujería en 1592. Durante el reinado de Isabel I, resultaba relativamente frecuente que las personas ancianas, pobres, sin protección, como solteras o viudas, fueran acusadas de ser brujas. Al parecer, Joan era soltera. A pesar de su condena, no parece que fuera quemada en la hoguera y lo más probable es que fuera excomulgada por la Iglesia de Inglaterra.

Moda británica

La genealogía vive un momento álgido en estos momentos en el Reino Unido. El éxito del programa de la BBC «¿Quién te crees que eres?» ha sido uno de los encumbradores de la vigente moda. En él se invita apersonas famosas a que exploren su genealogía y sigan las huellas de su historia familiar. Curiosamente la creadora de la saga de Harry Potter, J.K. Rowlingvisitó el plató y descubrió a su bisabuelo francés, que había sido condecorado por su valentía en la Primera Guerra Mundial.
Ancestry.co.ukestá considerada la comunidad on line de investigación número uno en el mundo. Cuenta con millones de árboles genealógicos y con registros de nacimientos, defunciones, matrimonios, información censal, así como recortes de hemeroteca, registros de tierras fiscales y parroquiales.

martes, mayo 22

Con un proyecto buscan proteger 330 inmuebles anteriores al año 1941

La Ciudad lo presentó en la Legislatura, donde paralelamente hay otro que incluye la protección de 140 mil edificios.
  • Con un proyecto buscan proteger 330 inmuebles anteriores al año 1941. 

    El Gobierno porteño presentó un proyecto de ley para proteger 330 edificios anteriores a 1941, bajo la denominación de "Inmuebles Singulares". Mientras, en la Legislatura avanza otro proyecto para proteger 140 mil edificios antiguos de la Ciudad, después de que en diciembre venciera la protección que tenían todos las construcciones anteriores al 41.

     Entre las más de 300 obras que propone proteger el Minis- terio de Desarrollo Urbano por- teño, a través de la Secretaría de Planeamiento, se encuentra el Palacio de Aguas Corrientes, ubicado sobre Córdoba 1950, en Balvanera que data del año 1887.

     Uno de sus mayores atractivos es su revestimiento, a cargo de Juan Médici, que cuenta con 130 mil ladrillos esmaltados y 170 mil piezas de cerámica.

lunes, mayo 21


Las cartas secretas de la calle Tacuarí


CUADERNOS PRIVADOS
En la esquina de las calles Tacuarí y Potosí, que hoy se llama Alsina, se alzaba una edificación conocida en la época colonial como “el presidio viejo”: allí nació Lucio V. Mansilla, nuestro dandi nacional. En esa casa de San Telmo los niños Eduarda y Lucio se entretenían revisando los aparadores y cajones secretos del comedor doméstico, donde encontraban “cartas empaquetadas de infinidad de personajes, cartas que, a ocultas, solía yo leer”, confesó Mansilla en sus deliciosas memorias, escritas en 1904, cuando tenía 84 años y movimiento rosista, ese gran productor de pasiones color punzó, había quedado en cierto modo atrás. Sobrino de Rosas, hijo de Agustina Ortiz de Rosas y polémico contrincante de Sarmiento, Mansilla encuentra en la autobiografía, o en la novela doméstica, un modo de contar la patria con su gracia afrancesada y soberbia.
En su artículo “Sarmiento, lector de imágenes, escritor de prodigios”, Graciela Batticuore señala que la figura de Agustina Rosas “adquiere un lugar relevante en las memorias del hijo y su obra nos ofrece otro ejemplo de la relación madre-niño-lectura, así como de la colocación del autobiógrafo en la escena familiar argentina del siglo XIX.” Lucio narra su experiencia como niño lector y a la vez la de su hermana Eduarda Mansilla, que también fue escritora. Dice Mansilla que en su casa no hay una biblioteca materna: Agustina no es una lectora y la biblioteca del padre está fuera del lugar donde habitan los niños durante la primera infancia. De modo que Agustina Rosas, para que sus hijos aprendan a leer, apela al legajo de las cartas familiares.
Cuenta Mansilla en sus Memorias: “La señora había coleccionado cientos de cartas y hecho con ellas, poniéndoles tapas de cartón, un grueso infolio. Era para que nos acostumbráramos a leer letra manuscrita de toda clase (había alguna que al mejor se la daría) y para que supiéramos qué clase de amigos tenía mi padre …. Allí, en ese enorme mamotreto, verdadero legajo de varios, aprendí yo a conocer y a querer algunos personajes, los de letra clara como el señor don Domingo de Oro. Las simpatías de mi hermana y las mías estaban en razón inversa de la mala letra de los personajes”.
De modo que el ingenio de los niños pronto convirtió en juego la didáctica materna y encontró una diversión en la lectura. En primer lugar, el legajo proveía a los niños una destreza: la lectura de letras manuscritas de distinto tipo. Este entrenamiento les permitía, a través de la letra, de su forma, su tamaño, su cadencia, además, llegar a vislumbrar el carácter y la personalidad de los corresponsales, que les resultaban más o menos queribles en relación con la amabilidad o la rusticidad de su caligrafía. La novela familiar de los niños Mansilla se completaba tanto más cuanto esos corresponsales, cuyas misivas ellos leían ora a hurtadillas, ora a instancias de su madre, eran también asiduos visitantes de la casa.
Aunque estos padres “leen poco” -como aclara el memorialista-, las lecturas escogidas para los niños, así como la casa misma y sus rituales organizan una lógica propia. La casa Mansilla recibe a menudo visitas prestigiosas: la calle Tacuarí esquina Potosí es una mansión marcada por la belleza y por los brillos que el dinero es capaz de proporcionar. Y aunque no hay una biblioteca, las cartas y documentos dan cuenta de una literatura: la historia de la patria y la historia familiar.
Porque los propósitos, conscientes o no, de Agustina Ortiz de Rosas al dar a leer a sus hijos los archivos familiares, no son tanto pedagógicos cuando políticos: el legajo permite a los niños construir una genealogía. El conocimiento de los nombres de los allegados y parientes de la familia Mansilla les sirve para situarlos socialmente, para insertarlos en las redes de parentescos familiares, sociales y políticos. De modo que la práctica de la lectura del legajo los perfila como dignos herederos de la casa, apunta Batticuore. Como si se tratara de un manual cosido y dibujado por ella misma, la madre Agustina insta a los hijos a ejercitar su lectura. Pero el objeto de instruir a los niños es doble: no se trata tanto de iniciarlos en el conocimiento del alfabeto como de apropiarse, por medio del acceso a las cartas manuscritas de los corresponsales de la familia, de un linaje.

Fuente: Clarin.com por Laura Ramos, 24 April 2012