miércoles, junio 12

Ciencia / EL ADN DE LAS DINASTÍAS REALES

Los Habsburgo y sus bodas entre parientes, laboratorio de consanguinidad de la humanidad

Investigadores compostelanos toman como muestra esta dinastía y estudian sus lazos genéticos durante 300 años para concluir que tienen un grado de parentesco superior al 10% del resto: la mitad de sus relaciones eran incestuosas

La dinastía real de los Habsburgo, convertida en el «conejillo de indias» de un experimento que analiza la consanguinidad de toda la humanidad. Éste es el apriorismo del que partió un equipo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y cuyos resultados ya han sido publicados en la revista «Heredity», al tiempo que van a encontrar mayor eco con un artículo que está preparando para dentro de unos días «Nature News». Según explican desde la Universidad gallega, los Habsburgo se alzan como una de las Casas más interesantes para estudiar estos lazos genéticos, debido a «su política matrimonial», que devino en «un caso de persistente consanguinidad durante generaciones».

Así, los científicos del Departamento de Genética de la USC resaltan las ventajas que rezuma el estudio de la endogamia característica de cualquiera de las dinastías reales de principios de la Edad Moderna para llevar a buen puerto una investigación que la utilice como modelo de endogamia humana durante siglos. Para ello, este artículo, firmado por Francisco Camiña Ceballos y Gonzalo Álvaraz Jurado, avala que en su trabajo los investigadores recabaron documentación provenitente de fuentes históricas de 300 años de genealogía (entre los años 1450 y 1750).
Los Habsburgo y sus bodas entre parientes, laboratorio de consanguinidad de la humanidad
wikipedia
Escudo de la casa de Habsburgo
Según desglosan en la revista, los investigadores calcularon los coeficientes de parentesco y consanguinidad de los Habsburgo a partir de una base de datos de más de 4.000 personas pertenecientes a 20 generaciones entre padres e hijos. En el periodo señalado, añade Francisco Camiña, analizaron un total de 73 matrimonios pactados entre emperadores del Sacro Imperio Romano y reyes de la Casa de Habsburgo española, así como sus hijos y sus nietos en ese ciclo. Coligen los científicos que el coeficiente de consanguinidad más elevado se produjo en la rama austriaca, con Maria Antoine de Habsburgo, hija de Leopoldo I y su sobrina Margarita de España (hermana de Carlos II de España) como protagonistas, ya que ostentó un coeficiente de endogamia de 0,3053, superior al que se registra en la descendencia de una unión incestuosa (relaciones sexuales entre padres e hijos o entre hermanos).

Más que bodas entre primos...

En la Casa de los Habsburgo, la mitad de los matrimonios tiene un coeficiente de parentesco por encima del que supone la unión de primos, y cerca de dos de cada diez de estos enlaces registran un parentesco superior al que correspondería a una unión entre un tío y su sobrina, de acuerdo con esta curiosa investigación.
Es muy interesante la conclusión de Camiña y Álvarez en el artículo, cuando infieren que «la comparación de estos promedios con los registros de depresión endogámica en poblaciones humanas contemporáneas pone de manifiesto el fuerte impacto de la endogamia en la supervivencia de la progenie de los Habsburgo», por lo que -completan- «las dinastías reales de la Edad Moderna son perfectos laboratorios de consanguinidad».

En esta línea abundan en que más del 10% de la humanidad es consanguínea, así que resulta útil estudiar los efectos que tiene este porcentaje en las poblaciones humanas. En dicho artículo, del que informa la Universidad compostelana, Camiña resalta que es conveniente este estudio debido a que la información demográfica, los datos del número de hijos que tiene cada pareja o la edad de mortalidad de los niños permite estudiar con mayor eficacia los efectos de la consanguinidad tanto en la morbilidad de la especie humana, como en su fertilidad y en la propia supervivencia.

Enfermedades raras

Y ponen otro ejemplo aún más claro: estudiar esta proporción de consanguinidad resulta crucial para el abordaje por ejemplo de enfermedades raras, y también en la relación que existe entre el genotipado y el fenotipado de otras dolencias más comunes como la hipertensión, el asma, la gota, la depresión, el cáncer o la esquizofrenia, entre otras. «La consanguinidad actúa a nivel del genoma, por lo tanto toca todo e interviene en todo», finalizan los investigadores gallegos.

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